El sector turismo es uno de los más golpeados por la pandemia y además, serán los negocios que más tardarán en reactivarse. Ante esta situación, el Congreso plantea debatir un proyecto de ley para la exoneración de impuestos.
- Por Jeylen Mixan Portocarrero
El
Congreso de la República tiene
pendiente el debate del proyecto de ley para postergar el pago del Impuesto
General a las Ventas (IGV) y del Impuesto a la Renta (IR), para el sector
turismo. Como se sabe, este sector será el que más tardará en reactivarse tras
la crisis provocada por la pandemia de la COVID-19.
Ante
esta situación, el pleno del Congreso ha
puesto en la mesa un plan para aliviar la situación económica, que están
atravesando las empresas referidas al turismo.
Ante esto, el tributarista Walker
Villanueva, del Estudio Philippi,
Prietocarrizosa, Ferrero DU & Uria,
indicó que una exoneración temporal de impuestos en este sector si se
justifica, debido a la coyuntura que estamos atravesando.
Por
su parte, la Comisión de Economía del
parlamento solicita que la exoneración se amplié por 18 meses y la Comisión
de e Comercio Exterior y Turismo pide que sea por 36 meses. En relación a esa
discrepancia, Villanueva mencionó que un
plazo por 3 años es más lógico, teniendo en cuenta los pronósticos económicos,
sobre el tiempo que tomará salir de esta situación.
Mientras
tanto, Jorge Bravo Cucci, profesor de la Maestría en Finanzas y
Derecho Corporativo de ESAN, coincide con este plazo y sustenta que es
difícil que la recuperación económica se de en dos años.
Ambos
expertos coincidieron en la idea del proyecto de ley, pero se deberá vigilar de
cerca cómo se aplica la exoneración. El
problema muchas veces es que no se toman en cuenta las compras, ya que una
empresa vende y también compra con IGV, asegura Jorge Bravo.
“Se debe prever un mecanismo de qué
hacer con esos impuestos que pagan los establecimientos en bienes como agua,
luz o adquisición de servicios. Porque ese IGV no lo van a poder utilizar como
crédito fiscal, al haber una exoneración. Entonces, esa exoneración ya no sería
un beneficio, sino se convierte en un eventual perjuicio para la economía de la
propia empresa”, agregó.
Por
último, sobre el tema de las compras con IGV, Villanueva mencionó que el único beneficio que produce la
exoneración del Impuesto General a las Ventas es básicamente la disminución del
precio a favor del consumidor. “No es una medida tan eficiente como la del
IR, donde si te exoneran vas a tener más caja”, sustentó.